Si no fuera efímero
el instante entre inhalación y exhalación,
la oscuridad entre pestañeos,
el viento entre aleteos,
el clamor de la ola que rompe contra las rocas,
Si no fuera finito
el recorrido de las lágrimas,
el grito de auxilio,
el dolor de la soledad,
el llanto de nostalgia,
No tendría sentido
el instante previo a una carcajada,
la caricia de la brisa contra la piel,
la curiosidad de un ‘y si’,
la euforia de un descubrimiento,
Dejaría de ser único
el momento indeciso de un primer ‘te quiero’,
la pasión de un beso,
el calor de un abrazo,
las ganas de un ‘te echo de menos’,
Son los instantes más pequeños y delicados
los que forman el tan fugaz y eterno presente,
momento que sin que haya ni vuelva a ocurrir,
es uno con el poder de transformar una vida, un mundo y la historia.